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lunes, 19 de agosto de 2013

El "loco" Lima.

Lo que aquí narro en verdad sucedió; claro que si lo colocamos en el contexto del mundo actual y de las liberales relaciones humanas de estos días, parecería una insulsa anécdota, pero si la ubicamos en la época en que ocurrió, varias décadas atrás, la versión toma otro perfil.
En el barrio lo conocían como el loco; es muy común en Argentina colocarle el calificativo de "loco" a una persona: el loco Gatti, el loco Bielsa, el loco Chávez, etc. por lo general todos locos buenos.
El loco de este relato no tiene, nunca tuvo nombre, siempre fue llamado así "el loco Lima", incluso hasta él mismo debió haber olvidado su nombre de pila pues siempre le llamaban loco.
Hola Loco, como andás loco, que tal loco...?
Se decía que había quedado así (loco?) porque había bebido más etílico que lo que cualquier cuerpo pueda resistir. Solo por eso.
Cuentan que un día llegó a visitar a un amigo y le dijo: Juancito, que hambre tengo viejo, no tendrás un vasito de vino??
Pedía "moneditas" por la calle simplemente diciendo: no tenés una monedita ?
Alguien ante su requerimiento de : no tenés una monedita..? buscó en sus bolsillos y le dio cinco centavos diciendo: disculpame es la única que tengo.
El loco que tenía serios problemas visuales, acercó la pequeña moneda a sus ojos y cuando ya se retiraba el transeunte dijo: Esperá que te doy el vuelto.
Loco, pero rápido mentalmente.
Trataba a las mujeres de manera diferente, comprendía que su aspecto desaliñado, sus ojos oscurecidos por el alcohol, su pobre visión lo ponía en una situación que molestaba a las  damas. A ellas, solo las saludaba.
Hasta que un día se cruzó con Angelita.
Angelita era una cincuentona que había perdido a su marido hacía ya algunos años. Rostro bonachón, cutis blanco, algunos kilitos de exceso, ojos claros, voz chillona y un corazón generoso.
Cuando adivinó su venir, el loco Lima bien sobrio esa mañana, se detuvo unos metros antes de cruzarse con ella, esgrimió una especie de sonrisa y muy cándidamente, casi como quien pregunta la hora a un ocasional pasante le dijo suavemente: Querés coger...?
En pueblo chico todas las cosas se saben.
Algunos dicen que Angelita comentó a sus amigas que si la invitación hubiera provenido de otra persona.......tal vez..,
Otros dicen que los chicos y los locos no mienten en sus expresiones y que quizás el loco Lima vislumbró que la viuda Angelita necesitaba una alegría, algo que él pudo percibir porque los locos ven el mundo de los cuerdos con mayor intensidad.

Y él, solo quería ayudar.

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